En la reunión del 24 de febrero último, el Consejo Directivo de la Junta de Servicios Generales de A.A. -conforme con lo establecido en el artículo 5 de nuestro Estatuto- procedió a aceptar la solicitud de la Hermana Regina Sian como miembro activo -no alcohólico-. El mencionado artículo establece que "un determinado número de personas no alcohólicas cuyas actividades sean útiles a los fines de la Asociación” podrán ser miembros de nuestra confraternidad.
La Hermana Regina, desde hace años, luego de estudiar el problema del alcoholismo, abrazó la causa por la que lucha Alcohólicos Anónimos en forma espontánea y con verdadera vocación de servicio. Así fue como desarrolló una intensa actividad en pos de los enfermos alcohólicos en las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y en Santiago del Estero, donde colabora desde hace tiempo con los Grupos de A.A.
Es así como, al radicarse en la provincia del Chaco, representa la primera manifestación de lucha contra el alcoholismo en esa zona. Por ello, el Consejo Argentino de Alcoholismo la designa Coordinadora de sus actividades en el noroeste argentino. Infatigable trabajadora, sin detenerse ante ninguna contrariedad y conectada ya con Alcohólicos Anónimos, encauza sus esfuerzos promoviendo la formación de grupos en toda esa inmensa zona. La nómina de grupos fundada directa o indirectamente por esta religiosa bastaría para justificar su incorporación a A.A. Pero sus acciones van más allá, abarcando una trascendencia médico asistencial ante las autoridades provinciales que prestan a su cruzada toda la ayuda que merece. Esta brevísima semblanza de su historial, estamos seguros, llevará a todos los ánimos la certidumbre de que lo decidido por esta Junta Directiva ha sido un acto de justicia.
En la Hermana Regina identificamos a tantos no alcohólicos que, anónimos e infatigables, trabajan en pro de la recuperación de nuestros hermanos. Vaya a todos ellos nuestro reconocimiento.
Su trabajo junto a Héctor G.
“Héctor no sólo era humilde, era un maestro de la humildad. Muchas veces mi exigencia de querer que las cosas se hicieran ya, que las autoridades reaccionaran ya, que los borrachos entraran ya, se encontraba con una fuerte muralla de paciencia llamada Héctor. Me decía dos o tres cosas que, inmediatamente, me traían a la tierra. La soberbia no es privilegio exclusivo de los alcohólicos… Ante el éxito obtenido en los medios de comunicación siempre estaba diciéndome: “No se olvide que usted es el medio que Dios puso en la pantalla para decir estas cosas, "la santa hermanita Regina tiene ese trabajo", "el jefe es Él…" o “No sea tan dura, hermana Regina”, “Dése tiempo”, “Su trabajo en… ha sido magnífico", "el “Jefe” debe estar contento”, “No estamos aquí para hacer nuestra obra, sino nuestro trabajo lo mejor que podamos”. Ante las humanas luchas por el poder que se dan en todas las instituciones humanas, nunca le escuché una queja. Ante un comentario agrio con respecto a él, me dijo: “Hermana, la gente necesita crecer para darse cuenta de que están equivocados. Después de todo yo no soy tan importante como para que toda la gente piense que soy maravilloso…”
"La nómina de grupos fundada directa o indirectamente por esta religiosa bastaría para justificar su incorporación a A.A.. Pero sus acciones van más allá, abarcando una trascendencia médico asistencial ante las autoridades provinciales que prestan a su cruzada toda la ayuda que merece."